lunes, 17 de marzo de 2008

Vista


Me gusta mirar. Y follar con luz. Ya sea roja, azul, amarilla, la del amanecer, o la de las 2 del mediodía.
Necesito ver lo que me hacen, lo que hago y lo que me hago.
Pero, sobretodo, me encanta ver que me miren.

Pero ahora, últimamente, estoy aprendiendo a hacerlo sin luz. Y me sorprendo. Me sorprendo.
Sí, me sorprendo a mí misma con los ojos cerrados.

Imagen: Formentera, Illetes
Agosto 2003

6 comentarios:

Retrobastard dijo...

... que curioso, yo, que siempre me sentí seguro entre sombras, y en la más absoluta oscuridad, me pasó hace poco a la inversa ...
... me dí cuenta que no podía apartar la mirada, ni por un instante ... a ella le pasó lo mismo ...
... era un adiós, y supongo que quisimos quedarnos con algo para recordar ...

W. Somerset dijo...

déjame pensarrrr.... eeeeeeeehm... Luz. Ténue e indirecta. Y mirar, mirar un rostro que cierra los ojos y se contrae en muecas al borde del vahído. Sí. Lo prefiero así.

Anónimo dijo...

Cuando cierras los ojos, el resto de sentidos se multiplica por mil.
Y no te cuento la imaginación.

Kisses!

Puta Inocencia dijo...

A mí me gusta follar con luz...mirar...que me miren...

Y también que me venden los ojos...

A ver si lo que me gusta es follar y punto...(pensándomelo eh);)

Un beso

Anónimo dijo...

luz luz... nada como follar con luz

Anónimo dijo...

Sí, poder ver a la otra persona, poder disfrutar de su mirada, la luz es tan importante, tan esencial... no hay nada mejor que hacerlo con luz. Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Besos,
tTiger