domingo, 28 de septiembre de 2008

A la crisis, amantes


Un domingo, y con el primer catarro del otoño aprovecho para poner (-me/-os) al corriente de la Chorby-Agenda.

Sí, lo sé, hoy llega Olivier. De echo, estoy segura que ya estará en su casa. Ese piso de la zona alta que huele a incienso y ficus. Pero volviendo a los chorbys. Ayer repasé la lista con mi compañera de piso. Ya tienen sus respectivos motes, sino no me entendería ni yo misma:

- "El rayas". Un chico que conocí y llevaba una camisa negra a rayas diplomáticas. Todavía no hemos vuelto a quedar, pero hablamos demasiado por messenger. Profesor de máster pero me temo que un poquito "quillo", no sé si encaja mucho conmigo...

- "El hombre misterioso". Un chico que conocí hace ocho meses, con dos faros azules como ojos. Nos gustamos muchísimo, pero era una de esas noches en las que se alinean los astros y nada ocurre. Nada. Me lo volví a encontrar el viernes pasado. Otro flechazo en ambas direcciones. El problema es que es demasiado tímido. En un descuido mío me acerqué a la barra y me topé de bruces con Chris.

- "Chris". Lo conocí hace dos semanas. Fuimos a cenar. Tiene los ojos verdes y es un poco "zopaz", me encanta. Es muy gracioso y siempre hablamos con dobles sentidos. Me rio mucho. El viernes pasado nos volvimos a encontrar, yo con mis amigas y él con los suyos. "Ayer por la noche pensé en tí", me dice. "Aha...", digo yo retorciéndome un mechón de pelo. "Bueno... llevo desde marzo pensando en tí". Creo que es lo más bonito que me ha dicho un desconocido: todavía no me conocía en marzo y ya pensaba en mí. Me encanta Chris.

- "Pichafina". O alias: cerdako. Un par de mensajes, nada de sexo, pero sé que tenemos más cosas pendientes. Nada más.


Ah, no sabía que buscar trabajo ocupase tanto tiempo. Ahora entiendo la magnitud de la crisis.



Atracción a la que debía haberme subido
Forum, Merçè

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta



Es decir, cuando Olivier está en África, yo amplio Chorby-Agenda. Y por momentos.
Aquí estoy, a un día de cumplir 25, y no sé cómo he hecho para tener a un "cerdako" a dos pasos de mi casa. A un chico graciosillo que me cuenta chistes a cualquier hora. Y otro altísimo, jugador de baloncesto, que me trata como una reina.

"Te estás preparando para los 25", me dice mi amigo gay. Creo que él es el único que me entiende de verdad. Porque un par de conocidas están escandalizadas.

¿Realmente es para escandalizarse?


Málaga
Agosto 2008

martes, 16 de septiembre de 2008

Ampliando la "Chorby-Agenda"


En el mundo gay ya está todo descubierto. Pero es en el mundo hetero donde todavía nos queda mucho por aprender.
Tengo un amigo homosexual que ha estado con más de 75 tíos. Y dice 75, por intentar dar con un número redondo. Obviamente internet es una buena fuente de contactos y ahí estaba yo, con mi amigo, viendo las proposiciones. Una de ellas era ser un "cerdako" en la cama.

- ¿Cerdaaako? - digo yo.
- Sí tia, cuando vas asaco, super guarro: coger del pelo, pegar en el culo, escupir...

Y así de "cerdako" la tuve el sábado pasado. Salí de noche a trompicones con mi hermana. Caímos, a la fuerza, en un rancio y clásico garito de la zona alta. Me tropecé con él copa en mano. Veinticinco añitos, alto, atractivo, aniñado, poco maduro, nervioso... porreta. Le cogí cariño, y creo que la causa fueron las dos galletas de marihuana que me habían dado antes.
Fui a su casa, Ikea-total-look. Soltero, solo, singel. Perfect.
Y me sentí estupendamente. Fue "cerdako", fue fuerte, rápido, corto, largo... fueron dos polvazos de niño de 25 años. Vaya ritmo... enseguida noté la diferencia con Olivier, hombre que supera la treintena, tranquilo, dedicado, atento y muy paciente.

- Te pongo en mi "Chorby-Agenda" - le digo entre las sábanas.
- ¿¡Sí? ¿Me haces un hueco? - ¡Ai, cosita!


PD: Ah... el 18 cumplp 25...


Otra sala pija
Barcelona, septiembre 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

Marcas

Hoy Olivier se ha ido a África.
Se ha ido y, una semana después, todavía tengo la marca de sus dientes en mis pezones.

Boomp3.com

Canción: Edge Hill
Grupo: Groove Armada

viernes, 5 de septiembre de 2008

Correrse en la boca


El otro día tuve un interesante debate con dos buenos amigos sobre dejar que se te corran en la boca.

A mi lado estaba mi amiga del colegio, una chica monísima, muy tetuda, pequeña, psicóloga, algo tímida y con un buen carácter. Delante de mí, mi mejor amigo también del colegio. Gay, extremadamente culto, intérprete de inglés, danés y árabe y con una lista de conquistas que, a día de ayer, llega al número 69.

Yo hablaba de mi apasionada noche con Olivier, del sexo anal de esa mañana y de que en la ducha se me corrió en la boca. La psicóloga soltó un "eeecs" muy bien gesticulado. Y el gay se relamió los labios.
- A mi no me gusta... eso sí que es pornográfico - me dice mi amiga.
- Uf, sí que lo es... y me pone tanto. ¡Ay, papito! - suelta el intérprete.

Y yo me quedé perpleja. Ambos dos, aunque a uno le gustase y al otro no, me decían lo mismo.

¿Realmente es muy guarro/pornográfico correrse en la boca de alguien?

Bueno, ahí lo dejo.



Mi pareo al viento
Málaga
Agosto 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

Agujetas sexualmente anales


Ayer me pasé todo el día con agujetas.
En el interior de las piernas, en las nalgas, en la planta de los pies y en el ano.

El sexo anal es una modalidad que en un principio me hace simple gracia. Divertimento puro. Pero nosé porqué razón con Olivier es algo que me enloquece.

Debían ser 12 del mediodía del este domingo. Dormíamos extasiados de una larga tarde-noche-de-sábado de sexo. Hacía más de un mes que no follábamos, y sentíamos que teníamos que amansar la bestia que tiraba de nosotros. Estaba de espaldas a él, soñando qu dormía en mi cama, cuando noté su mano contra mi barriga. Me arrastró a lo largo del colchón hasta colocar mi culo contra su entrepierna. Todavía dormíamos: yo, él y su pene. Así nos quedamos una media horita, todo mi cuerpo empezaba a desarrollar ya esas dulces agujetas del día anterior y casi no podía moverme. Él tampoco, pero ahí estaban sus movimientos de cadera, presionando su miembro contra mis nalgas. Dulce despertar.

Y mientras presionaba yo me despertaba, y cuando abrí los ojos ya tenía la punta de su pene en la entrada de mi sonámbulo ano. "Uf... qué pereza...", pensé o creo que lo dije en voz alta. Porque paró y jugueteó con mi clítoris. "Bon jour...", me dijo susurrando lascivamente a la oreja. Y como una puta cerilla, o como cuando enciendes la televisión, o como cuando hierve el café en la cafetera, me puse cachondísima en un segundo. Me puede tocar, restregar su miembro por el cuerpo, chupar, lamer, besar, moder... pero si además lo acompaña de unas palabritas tan sencillas pero dichas con tal intención, ya está. Ya me tiene.

Torpemente volvió a presionar su pene contra mi ano, despacio pero con fuerza. Poco a poco. "No va a entrar... no he dilatado...", pensé. Pero el muy cabrón es bueno en el sexo anal y, con muchísimo cuidado y paciencia, entró la puntita. Y la volvió a sacar. Y volvió a presionar, poco a poco, poco a poco... muy poco a poco y entró otra vez. Ahí se quedó, un rato. Tenía pequeñas contracciones y no veais cómo le pone notar cómo mi cuerpo lo repudia, por instinto. Presionó otra vez y metió un poquito más. Pero volvió a sacar su pene, con suavidad. Estaba recostada en el lado derecho y jugueteaba con mi clítoris, él, sobre sus rodillas ante mi culo, miraba como me masturbaba.

Volvió a señalarme con su miembro. La punta entró con facilidad, ya estaba lista. Luego un poco más. Me cogió de la cadera, con las dos manos. Su cabeza se fue al cielo. Me e-n-c-a-n-t-a ver esa imagen: mi hueso y mi carne de la cadera aprisionados debajo de esas manos de cirujano. Ver cómo la piel se me hunde justo en la cintura, porque tengo el culo subido, ofreciéndole mi placer.
Ya estaba toda dentro, seguía teniendo pequeñas contracciones pero ya habían pasado esa frontera de "esto es un cuerpo extraño" a "me gusta esto...". Me folló gimiendo como hacía tiempo. Me enloquece oirlo gemir, él no suele hacer muchos ruidos cuando follamos, sólo son jadeos comunes. Pero cuando lo hacemos analmente su voz se desgarra. Se vuelve más aguda, volátil, como su voz cuando debía hacerse sus primeras pajas. Dios... cómo me excita.

Me cogía con más fuerza de la cadera, me atraía hacia él en cada embestida, nuestro cuerpos chocaban con fuerza. La sentía grandecita en mi ano, y estaba totalmente lubricada.
Fue una locura de placer. Gemía y gemía y yo me ponía más burra, era impresionante. Pero todo tiene su fin, y el suyo fue que no podía más. Le ha pasado unas cuantas mañanas, pero no me importa. Le se bajó de golpe la erección y se tumbó a mi lado.
No hizo falta decirnos nada, porque sabíamos que en la ducha, con agua caliente para apaciguar las agujetas, el sexo anal de tres estrellas Michelín iba a continuar.


Imán de su nevera, de cuando fuimos EE.UU.
agosto 2008

lunes, 1 de septiembre de 2008

Ahí. Justo ahí.



He follado con Olivier.

Me llama a las 3:30 de la tarde del sábado. Me dolía la cabeza de la fiesta del día anterior. Nada destacable, sólo un chico muy alto pidiéndome el móvil... y le dí el de verdad.
Me ducho y lavo los dientes a la vez. Me repaso las ingles. Me tomo dos ibuprofenos y salgo a por un taxi.
Me planto en su casa a las 4:30 de la tarde. Vemos unos vídeos en su ordenador, él está nervios y yo controlando la situación. Me voy a su cuarto y me tumbo en ese colchón que tantos gemidos y fluidos nuestros a sentido. Él se tumba a mi lado. Me encanta cuando me dice que le duele la espalda, eso significa "quiero que me folles".
Accedo a hacerle un masaje. Eso significa que nos vamos a tocar. Desde hace más de un mes que no todo su piel. Se quita la camiseta y en silencio se tumba bocaabajo, yo me siento en sobre su trasero y procedo a masajear sus cervicales. Respiramos a la vez.

Bajo hasta su cuello y le doy un beso, luego en el otro lado. Pequeño, suave, sin hacer demasiado ruido. Me mojo los labios y le doy otro un poco más abajo. Voy a la espalda y mi lengua rueda a lo largo de su columna. Subo y jugueteo con su oreja derecha. Ojalá pudiese mordérsela y llevármela a mi casa, para masturbarme con ella cada noche. Él mueve el culo hacia arriba, apretándolo contra mi entrepierna. Deslizo una mano por su costado derecho y busco su pequeño pero precioso pene. Noto su oscuro y rizado vello en la yema de mis dedos. Su culo está buscando guerra, y la va a tener. Gira su cara hacia la derecha y yo me acerco: nos hablamos con los suspiros. Oigo su respiración acelerarse cuando mi mano se hunde dentro de su pantalón. Me pone tanto notarlo existarse bajo mis manos.
Está salidísimo, y respira con la boca abierta. Me levanto un poco para que entienda que quiero algo más. Se gira con prisas y me intenta arrancar los tejanos. Le paro un poco las manos y quito la ropa con prisas. Él se está quitando los pantalones y me mira exageradamente lascivo. Serio, con la boca abierta, respirando fuerte. "Quiero follarte", me dicen sus ojos. La pasión es intontrolable. Totalmente salvaje, libre, como un huracán de fuerza 7. Vuelvo a sentarme encima de él. Me aparta la braguita negra y coloca su pene en la entrada del cielo. Cuántas veces he disfrutado con esta sensación: el principio, cuando mi cuerpo y el suyo están vírgenes el uno del otro. Cuando la presión sanguínea aumenta. Cuando mi boca se hace agua.
Me penetra con suavidad, mirándome. Estamos demasiado excitados. "O lo hacemos a lo bestia o mejor paramos", pienso. No puedo más, el hijo de puta ya sabe dónde me gusta. Me hace inclinarme hacia atrás y, poco a poco, aprieta su pene hacia dentro y hacia arriba. Justo ahí. Es él el que se mueve, yo no puedo. Dentro y fuera, con suavidad, presionando en la pared anterior, como me gusta. Ahí. Justo ahí. Su pene está caliente, ardiendo en mi interior.
Gime al verme cerrar los ojos, siento tanto placer que me vuelvo ciega. Y él sigue, ahí, justo ahí, con fuerza, arriba, despacio. Y fuera otra vez, y me coge de la cadera, y vuelve a penetrarme, fuerte, fuerte, muy fuerte me empuja hacia abajo. Hace fuerza.
Me e-n-c-a-n-t-a.
Ahora me muevo yo, deprisa, y más. Muy deprisa y más. Lo veo disfrutar y siento su pene arriba, presionando. Se levanta de golpe, me abraza y reposa mi espalda en el colchón. Mira cómo me la mete, y yo lo miro a él frunciendo el ceño. El placer es desgarrador. Y ahora hago algo que me encanta, que a él y a todos les excita tremendísimamente: mis manos en su trasero, firme, redondo, duro, y yo apretándolo contra mi sexo, con fuerza, controlando el movimiento: dentro, fuera, dentro, fuera, dentro y fuera. Y más dentro fuerte, y a fuera despacio. Y dentro-fuera, dentro-fuera, dentro y dentro y arriba, y más dentro. Muy deprisa.
- No... - dice - ... no... si... si... sigas... no sigas... - alcanza a decir, pero yo estoy fuera de mí, completamente ida, tremendamente excitada. Más deprisa lo aprisiono contra mí, tan fuerte que hacemos mucho ruido. Chocamos una y otra vez el uno contra el otro, salvajemente. Y más, y más. "La ventana está abierta, nos van a oír los vecinos. Me da igual. Pero estamos haciendo demasiado ruido. Da igual", pienso.
Con tal fuerza mis manos estaban apretándolo contra mí, que no pudo más.
- No... jo... jo-der... no - gimió hacia el techo y se corrió en mi pierna, en mi estómago, encima del pircing del ombligo, encima de mi pecho izquierdo, en mi cuello. Él seguía masturbándose, poco a poco, y seguía corriéndose. Notaba el calor de su interior en mi barriga, estaba empapada.
- No... Olivier... todavía no... - le digo yo entrecortada. Quería seguir.
- No puedo, cuando me coges por ahí ya sabes que es insoportable. - me dice tumbándose.
- Ya, pero es que... casi, estaba.
- No puedo, de verdad... porque... veo que te excitas muchísimo apretándome el culo... y me guías hasta donde te gusta, ahí arriba... y esa zona... a mí... me pone demasiado. Tan blanda... tan tierna...

He pasado todo el domingo follando con Olivier en su casa. Se va dentro de una semana a Africa, y necesitábamos el uno del otro. Sexo en el sofá, en la cocina, sexo oral, sexo manual y un sexo anal esta mañana de tres estrelas Michelín.

Algunos imanes de su nevera
30 agosto 2008