
Sólo bastó hacer una perdida a las 2:30 de la mañana para que reaccionase. Me llamó enseguida, pero él estaba de fiesta y yo quería echar un polvo, así que pasamos la cita a la noche siguiente.
Subí la calle a paso ligero, con música cañera en el ipod. En el paso de cebra me paré y ya me notaba húmeda. Hacía unas semanas que no follaba y tenía ganas.
Unas copas de vino, un par de porros ligeros y nos tiramos torpemente el uno sobre el otro. Mi "cerdako" es muy cerdako. Un chiquillo, de 25 años, con fuerza y vigor.
En pocos minutos me empujaba contra la pared y me decía cositas a la oreja. Es tan cerdako que no se calla cuando folla. (Siempre he pensado que hay dos tipos de tios: los que hablan cuando follan y los que callan cuando follan. Ya desarrollaré en otro post esta dualidad lingüistico-sexual).
Me tocó, con su mano, que ya no recuerdo si era la derecha o la izquierda, y como hacía casi una semana que no me masturbaba me dió muchísimo placer. No me corrí, porque sólo he sido capaz de correrme con Olivier, pero madre mía me dejó escaldada ahí abajo.
"Toda tuya..." - me dice cuando me pongo encima suyo. Me chifla mi cerdako, es tan bella esta frase. Toda tuya... ¡me la entrega, me la dá sólo para mí! ¡Sólo para mí!
Fueron tres polvos. Y el mejor, el del martes por la mañana, a las 12. Creo que a medida que vamos haciéndolos vamos mejorándolos. Puro sexo. Ciao Olivier.
[Hay un par de comentarios que me han hecho pensar en retirarme. Pero tengo una manía, soy demasiado fiel a mí misma. Sólo basta que me digan que "no" para que consiga un "sí".
Estoy viva. Con trabajo, pero estoy viva.
La Chorby-Agenda sigue en expansión pero con más cautela.
Acabo de llegar de una cena con "el rayas". Ha sido interesante, pero el chico era demasiado serio. Yo, mujer de risa fácil, se lo dije y todavía le fasciné más. Ataques de narcisismo aparte, su reacción fue buena, cosa que me hace mirarlo con otros ojos. Es muy alto, muy grande y juega a baloncesto. Quizás tendrá un pene interesante, como sus brazos, a los que no podía dejar de observar. Puede que en una semana nos volvamos a ver, para unas copas y quién sabe.
Y hay otros comentarios a los que... sólo soy capaz de decir que sois super monos. ] Sergi Mora
Tengo el corazón de baja