Es un constante "no me lo puedo creer", una insistente felicidad, una alegría pueril 24 horas al día.
Me dice mi hermana que estoy en pleno "enchochamiento". Pues sí. Por ahí van los tiros.
No sólo estoy enchochada sentimentalmente, sino que también físicamente.
La complicidad con una persona de tu mismo sexo es algo natural. Pero si le añades más cariño y atención, y el descubrir un cuerpo que conoces pero que no es el tuyo, queridos, estarías en el cielo.
Sofia mide 1'80, tiene el pelo castaño por los hombros, ondulado. Un rostro muy exótico. Si tuviese el pelo liso y negro sería Pocahontas. Unos labios maravillosamente moldeados, unos hombros perfectamente esculpidos, y unos pechos pequeños, morenos, rosados. Deliciosos.
Jamás pensé que me correría con tanta facilidad con una chica. Y aún menos estando ella con su lengua pegada a mi clítoris. Qué sensación. La suavidad y la temperatura de la lengua jugueteando, en círculos, arriba, abajo, un poco de presión, ahora suelto, ai que vuelvo... Me corrí literalmente en su cara. Brutal.
Y yo me moría de ganas de probar. Saber qué tacto tiene un coño. Su sabor, su olor.
Cuando bajé hasta su clítoris y lo vi, era como sentirse en casa. "Esto ya sé lo que es, pero nunca había visto uno de tan cerca", pensé. La sensación de pasar la lengua por donde yo me paso el dedo humedecido es estremecedora. Le hacía lo que a mí me gusta hacerme, lo que me gustaría que me hiciesen, y parece que funcionó...
No me siento lesbiana. Los hombres me siguen gustando. Pero esta chica me encanta. Me chifla. Feels like home with her. ¿In love? Oups... maybe...
Google images