Perfumes de hombre

Ya se sabe que el olor es, quizás, de los sentidos que más evocan sensaciones.
La razón de mi blog es esta, el poder de las sensaciones que desprenden mis sentidos. Y en especial el olfato, que es de mis fetiches favoritos.

Una de las cosas que más me gustan, al día siguiente de haberme acostado con un chico, es su perfume en mi ropa. No sé cuando es, si al principio de la noche, durante o al despedirme, pero en algún momento esas dulces moléculas se agarran, desesperadas, al tejido de mi chaqueta. Y entre el 50% de lana y el 50% de poliamida descansa su perfume. Al día siguiente (es decir, hoy), cuando me agacho buscando algo en los cajones del trabajo, depronto salen, como un imán, para colarse en mi nariz.
- Mmm... - susurro.
- ¿Qué pasa? - me dice mi compañera de trabajo.
- ... nada... nada...

Me levanto acalorada para quitarme la chaqueta, pero no puedo. Cojo la solapa y hundo mi sentido olfativo. Naranja amarga, romero seco, jazmín, roble húmedo, pino dulce, musgo... Y entonces es cuando me emborracho de una noche de kebabs, vino, dos polvos rapidos y uno lento. De condones por doquier. De lubricante pegajoso. De risas debajo de un edredón. De jadeos. De miradas a oscuras. De cosquillas en el cuello. De besos de despedida.

Mmm...

Barcelona
Día de viento