domingo, 15 de marzo de 2009

Ceguera


Cuando quité la manta y me desabroché el pantalón notaba su mirada desde la cama. Hacía mucho tiempo, quizás cinco meses, que no nos acostábamos en la misma cama. Me metí debajo del edredón y fuimos incapaces de tocarnos. Los dos mirando al techo.
- Apesar de todo, me siento cómoda. - le dije.
- Sabes... siempre serás bienvenida en este dormitorio.

Seguimos mirando al techo hasta que nos dimos las buenas noches y apagó la luz.
A oscuras las cosas son de otra manera. Las palabras son más cálidas, los sonidos más espesos y el tacto más puntiagudo. Tenía el corazón acelerado y un importante debate en mi cabeza: "ahora... venga, ahora, le pongo la mano en su brazo y le beso... no, pero, y si no se mueve... y si no me besa, pero no lo creo... pero y si... venga, ahora, sí... es ahora, ahora, venga... ¡ahora! ¡AHORA COÑO!". Y me acosté encima de él. Y nos besamos como los dos sabíamos que le gustaba al otro. Y me cogió del pelo, me mordió la oreja, me clavó su aliento en el cuello, me cogió el culo, me arañó la espalda, me abrió las piernas, me seguía mordiendo la oreja. No veía nada. Era oscuro. Y me volvió a besar como me gusta y como a él le gusta.
Y se abrió paso, despacio. Despacio. Y me volví ciega.



Sergi Mora

3 comentarios:

Pablete dijo...

Descubrir al otro solo con el tacto, el oido y el olfato....sensación sublime donde las halla....A veces es muy morboso y placentero apagar la luz, doy fé.....

Un beso preciosa.....

Sherezade dijo...

Reencuentros deseados, dudas iniciales convertidas en salvajes momentos.
Cuanto daría por un reencuentro ciego y sentir nuevamente esos mordiscos como solamente él sabe.

Besos envidiosos.

Entremislabios dijo...

Esa incertidumbre de si él responderá a los besos o no, creo que es una de las sensaciones más molestas pero que a la vez demuestran que sigues viva y que puedes morirte de nervios en 10 segundos hasta que se pasa.


Besos


Fee Verte