su cara lo inunda todo.
Cuando Sofía se corre lo hace con fuerza. Machacándose el clítoris. Y cuando, finalmente, desgarra ese orgasmo casi aterrador, toda su fuerza se desvanece. Y entonces viene su mirada limpia, sus labios calientes y rojos, sus pómulos rosados, su pelo enredado entre mis dedos.
Justo después de correrse, Sofía lo es todo e inunda la cama, la habitación, nuestro piso, el barrio, la ciudad...
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1 comentario:
Es es el cometido del orgasmo, ¿no?
Inundarlo todo
Besos
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