Ojeando no sé qué diario me comenta una noticia que decía algo así como que el papiloma puede afectar, también, al cuello. No al cuello del útero, que es lo común, sino al cuello de la cabeza. Esa ramificación que nos sostiene el cerebro, los ojos y el pelo.
- No lo entiendo... - dice mi madre.
- Mamá, lo que quieren decir es que si realizas muchas felaciones el papiloma también puede desarrollarse en el fondo de tu garganta. - le digo profesionalmente con una sonrisa políticamente correcta.
- Vamos, que si chupas muchas pollas te puede salir cáncer de cuello. Es lo mejor que he oído en tiempo. Tú sí que tienes suerte hija mía: nada de condones y nada de papilomas ni en el útero en en la tráquea... - en ese momento intenté abrir la boca para decir algo pero su verborrea estaba en plena ebullición - ¡Que suerte tienes de no tener pollas cerca!
Y entonces preferí cerrar la boca, para evitar cánceres y más comentarios como ese.
1 comentario:
me he reído mucho con esta entrada... en boca cerrada no entran momias... perdón, pollas!!, eso es evidente. Tu dibujo se está cociendo leeeeeentamente.... en breve lo tendrás. Besos momificados
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