miércoles, 20 de julio de 2011

Belle Vere

La edición de Junio de la revista Vogue en Italia revolucionó los kioskos de todo el mundo. Unas mujeres orondas, redondeadas y muy femeninas copaban la portada de una revista que siempre había abogado por la delgadez.
Mi hermana la compró, dejándose casi 7€, pero eso sí, las imágenes del interior son una auténtica maravilla. Y mi razonamiento es el siguiente: esa misma posición, esa misma ropa, esa misma mirada altiva en una mujer de talla 36 no sería lo que en realidad son: mujeres de verdad. Belleza de verdad.











miércoles, 13 de julio de 2011

El pubis de Sofia bajo el agua

A Sofia le encanta bañarse.
Cuando vamos a casa de mis padres se pasa toda la visita en el agua. Nadando de un lado a otro. Tirándose en bomba o con carrerilla. Sofia es feliz bajo el agua.

El fin de semana pasado, mientras buscaba unas cosas en el jardín, vi cómo se lanzaba desnuda al agua. Vi su escaso vello púbico deslizarse por el fondo de la piscina. Sus nalgas doradas se removían de un lado a otro. Su cuerpo, alargado, viajaba y se mostraba apetitoso.
Me acerqué al borde y le hice una de las imágenes más sexys que tengo de ella. Deliciosa.


jueves, 9 de junio de 2011

jueves, 26 de mayo de 2011

Hacer el café y hacer el amor

"Me gusta todo lo que me haces.
Desde el café hasta el amor"
Me dijo Sofía una noche a oscuras en nuestra cama.


lunes, 9 de mayo de 2011

Sofía me chupa los dedos


Hace tiempo, cuando Sofía y yo éramos todavía unas desconocidas para ambas, le metí un dedo en la boca. Mi índice se perdía en esos labios carnosos y rosados que ya empezaban a volverme loca. La experiencia fue muy erótica. Aunque, repito, con sus labios se volvió casi pornográfica.

Ayer por la noche le pedí que me chupase todos los dedos. Ella estaba tumbada en la cama, sólo con las braguitas puestas, como yo, y me acosté sobre ella. Le acerqué el meñique a su boca y, con delicadeza, me cogió el dedo para metérselo en la boca. Viendo mi dedo desaparecer entre su carne me imaginé un pene entrando en su boca. "Seguro que te han dicho que la chupabas muy bien", le dije. "No he chupado muchas pollas, prefiero chupar dedos" me dijo sonriendo. Y siguió lamiendo mis nudillos, introduciéndose el anular hasta el final. Notaba su paladar rugoso y húmedo, la suavidad de la piel cerca de la campanilla, el calor de su boca. Con dedicación y mucho mimo mis dedos quedaron impregnados de su saliva, dulce saliva.

Al terminar, y sin mediar palabra, introducí mi pulgar izquierdo entre sus labios. A veces sacaba la punta de la lengua y jugueteaba con la yema de mi dedo. Él, mi dedo, y yo, estábamos muy lubricados. Volvió a cogerme el anular y se lo metió hasta el fondo, "mírame", le dije, y me miró con lascivia.

Y ya no me acuerdo de más.

Los labios de Sofía
Canarias

miércoles, 4 de mayo de 2011

Dos chicas

Ya está. Lo he decidido. Este es el mejor vídeo de dos chicas dándose placer.
Ppfff.. me pongo mala...


Lesbians grinding clits brought to you by PornHub

martes, 3 de mayo de 2011

Masturbaciones femeninas

Will Santillo, excelente fotógrafo, acaba de publicar el libro "Le Petite Mort". Una recopilación fotográfica de desconocidas masturbándose hasta desgarrase por dentro y gritar de placer.
Mmmm... son deliciosas, tanto ellas como las instantáneas.










Imágenes: Will Santillo

lunes, 2 de mayo de 2011

Mmm...

Qué me gusta a mí estas cosas...

jueves, 21 de abril de 2011

Dormir

Mañana hará una semana que presencié algo terrorífico.
El viernes pasado, hacia las 16:25h, subía calle Balmes en dirección a mi trabajo.
Como cada tarde, me puse mi "canción-cañera-del-viernes" y enfilé hasta el cruce con Córcega. Pero quiso el destino o las puñeteras fuerzas de la naturaleza o las putas mierdas del azar, que viese la desgracia y violencia de un accidente de moto mortal.


Sí, así es, mortal. Una motocicleta grande bajaba por calle Balmes levantando la rueda delantera cuando se encontró de frente con un ciclomotor que
se incorporaba a la misma calle. El choque fue directo, sonoro. Horrible.
Me llegaron trozos de moto y lo único que fui capaz de hacer fue mirar la imagen más desgarradora que jamás había visto. Los chicos volaron por el aire, las motos salieron despedidas, una metida dentro de la otra, a más de 40 metros, y sus cuerpos rodaron como simples sacos de carne con huesos por el asfalto.
Enseguida desconecté los auriculares y marqué el 911. El silencio a las cuatro y media de la tarde del viernes en el cruce de Balmes con Córcega era espeluznante. Todos los viandantes miraban desconsolados a dos cuerpos jóvenes desgarrados. Me acerqué a ellos en un intento de hacer algo, de servir de ayuda. "¡No les quitéis los cascos!" dijo alguien. "No hay nada que hacer..." dijo otra persona. Una chica se agachó cerca de uno de ellos y le levantó la camiseta. Me miró con horror. Tenía la pierna completamente rota y del revés. "Algo se puede hacer, una pierna rota da igual..." pensé, pero la mirada de la chica era clara: está muerto.

Temblando me acerqué al otro cuerpo. Llevaba un casco blanco y de él se escapaba un chorro de sangre que tiñó el gris del asfalto. En ese momento tenía a Sofía al teléfono y me dijo las palabras clave "vete de ahí, vete, vete, vete..." me repetía. Y me fui. Sollozando e intentando respirar llegué hasta el trabajo. Después de una botellita de agua y el consuelo de uno de mis buenos compañeros me encontré algo mejor, lo justo para que ese día se acabase pronto. Pero la imagen de los dos chicos volando y rompiéndose a pedazos contra el suelo me ha perseguido hasta el día de hoy. Y lo seguiré teniendo toda la vida.

Poco a poco me voy recuperando. Y desde aquí hago un llamamiento a todos los que llevéis moto: no hagáis caballitos, no levantéis ruedas delanteras y, sobretodo, no apuréis en los semáforos. Esperad a que se ponga rojo, son sólo unos segundos. Vosotros sois los primeros en salir, siempre, así que por dos segundos no perdéis nada. Sino, podéis perderlo todo.

Esta semana me he sentido desconsolada, perdida, llena de miedo. Me acostaba junto a Sofia pero era incapaz de cerrar los ojos y cerrarlo todo y "hasta mañana". Hace un par de días mi padre me dió un consejo. Tras la muertede mi abuela, su madre, pasaba noches muy malas y eso se le notaba en la cara. "Es simple, yo me imagino una tienda que baja la persiana. Raaas, hasta abajo" me dijo. Y lo intenté aquella noche. Al acostarnos cerré los ojos y me imaginé la persiana metálica de un local bajándose. Raaas, hasta abajo. Pero no funcionaba. Entonces me imaginé en una playa de arena fina, agua cristalina y palmeras con cocos. Y no, nada de nada. Sofia respiraba con suavidad, ella ya estaba en otro mundo y yo seguía en este, aferrada a una imagen, a un momento, a un sonido. A la sensación de terror a la muerte. Me imaginé caminando por un rio, junto a Sofia, mojándonos los piés. El agua está fría y pasa una carretera cerca. Pero tampoco sirvió. Así que, algo mosqueada conmigo misma, me relajé. Y entonces me vino a la mente una situación: Sofia y yo desnudas.
Y me dormí.

Las aceras de Barcelona
Efecto: Instagram

martes, 19 de abril de 2011

El rincón de las bolleras


Hace unos meses, paseando con mi Sofia por el barrio de Gracia en Barcelona, entramos en una tienda de ropa. Desde fuera parece un establecimiento típico, una boutique más donde comprar vestidos y camisetas a precios razonables. Pero al fijarnos en las dependientas y el brillo que emanaban ciertas piezas de ropa nos dimos cuenta que estábamos en un "chino".

Paseando y deleitándonos con la clientela, descubrimos "El rincón de las bolleras". Un display en blanco y negro con chalecos, americanas, pantalones y camisas para las más puras de las lesbianas.

No perdáis detalle de la camisa blanca con las solapas por encima de la americana negra. Es hasta grotesco.

Fontana, Gràcia
Barcelona