miércoles, 30 de enero de 2008

Esa música

boomp3.com

Hablaba de una fiesta, de la gente que había, de la música que sonaba y de lo que estaba bebiendo. Sólo llevaba sus braguitas lilas y se tapaba con el edredón. Aunque la calefacción estaba puesta tenía frio. Él, sentado al borde del colchón, ponía Morcheeba. Le preguntó algo y ella contestó. Él la miró y vió sus pupilas dilatadas. Eso lo excitó. Ella se tumbó boca abajo y apoyó la cabeza en las palmas de la manos. Él deslizó la mirada por el edredón hasta que se topó con su enormes y brillantes ojos.
- Me encanta esta canción... - dijo ella. Instintivamente pasó la lengua por los labios, que ya estaban sonrojados por el calor que desprendía el edredón. Mantuvieron el silencio, ella se incomodó porque no dijiese nada y él se excitó al ver su lengua rosada. La música seguía flotando. Ella sonrió tímidamente.
- Sí... a mí... también - su voz se convirtió en un pañuelo de seda que te acaricia la nuca y baja por la espalda, despacio. Despacio. Suave. Despacio. Suave...
Ella notó que el calor se había disparado mientra él se movia hasta su cuerpo. No dejaron de mirarse. Él se recostó encima de ella. Notó su miembro, abultado y muy duro, entre sus nalgas. Ella cerró los ojos y sus respiraciones se confundieron con la música. Él le clavó el aliento en el oído, y eso hizo que ella se excitase aún más. Sus manos... esas manos que tanto la excitaban, se perdían: su mano izquierda la cogió por el cuello, fuerte. Y la derecha poco a poco fue deslizándose por la cadera. Ella clavó las rodillas en el colchón para levantar el pubis. Las yemas de sus dedos se colaron debajo de las braguitas de los domingos. Rozaron su vello y se abrieron paso por los labios, hasta que aprisionaron su clítoris. Ella respiraba despacio, con la boca abierta. Él le seguía sosteniendo el cuello. Le giró la cabeza y sus lenguas se encontraron. Estaban muy húmedas y sendientas la una de la otra.


Un polvo impresionante

1 comentario:

W. Somerset dijo...

Usted tampoco ha estado muy activa, recientemente. Me ha gustado mucho la canción. Respecto al escrito, puedo oler el perfume en el edredón. Si el instante que retratas roza en algún punto con tu vida, ojalá después de Morcheeba haya habido mucho afecto.

Mi felicitación más sincera,

W. Somerset