jueves, 14 de agosto de 2008

Tetas y champús



Después de patearme una buena parte de Barcelona buscando un gel no sea ni fuerte, ni extra-fuerte, ni mega-fuerte, simplemente gel, porfín encuentro una droguería.
Dos despendientas jóvenes detrás del mostrador, una sudamericana y la otra autóctona. Miro entre los champús, suavizantes, espumas y lacas en busca y captura de un gel.
- "¿Te puedo ayudar en algo?" - me dice la segunda dependienta, menuda, pelirroja y demasiado maquillada. Me la quedo mirando un rato, es guapa pero tanto potingue la estropea.
- "Sí. Estoy buscando un gel, que no sea ni fuerte, ni extra-fuerte, ni mega-fuerte. Un gel moldeador, suave" - Le digo sin poder evitar fijarme en su tremendo escote. Lleva una bata azul marino, debajo una camisa blanca abierta, debajo un sujetador rojo de encaje y, debajo, dos enormes pechos aprisionados. Se le veía todo. Eran rosas, con alguna estría, pero preciosos.
- "Ah, sí.... mira este está muy bien" - se adelanta, la bata le llega justo por debajo del trasero, dos nalgas perfectamente redondas y moglas, me daba ganas de tocárselo. Alcanza un gel y lee el reverso. Me lo da y sí, porfín un gel suave para cabello rizado. Bueno... parece que la chica sabe de lo que hablo, así que aprovecho.
- "Estaba buscando una crema para puntas abiertas, pero sin aclarar." - le digo. Sus enormes pechos me señalan el estómago, desde aquí arriba suelo ver todo tipo de escotes, pero este es descaradamente sugerente, apetitoso. Si me encuentra la crema, le pido otra cosa, pienso. Ese pecho es tremendamente agradable a la vista. Mientras se acerca con un pote en las manos, sus tetas suben y bajan sutilmente, al son de sus pequeños pasos. Me he excitado viendo ese espectáculo. ¿Cómo se moverían ese par de tetas mientras cabalga encima de su novio?
- "Mira, yo tengo esta crema... me va muy bien..." - dudo mucho que se ponga esa crema, porque es para cabello rizado y ella tiene el pelo liso, liso natural. Sólo podía imaginármela poniéndose esa crema para puntas abiertas en sus pezones - "Sí, me va muy bien, y el gel que te acabo de dar también lo utilizo mucho, es muy fresco". - Entonces he vuelto en mí. Creo que ya vamos mal. Y aquí, delante de mis ojos, la típica dependienta mala que todo lo que haya en la tienda lo ha probado y le encanta y le va muy bien y lo utiliza mucho.
- "Vale... me llevo el gel" - le digo. Se adelanta y uno de sus pechos me roza la barriga... vaya mordisco le pegaría. Mientras me cobra la dependienta sudamericana, entra una clienta. La atiende la tetuda. Mismo protocolo: "¿puedo ayudarla en algo?"... bla, bla bla... pero lo que pide la mujer es curioso: "busco un champú para cabellos blancos", dice la señora entrada en años y en canas. "Ah, sí... este de aquí está muy bien, y es el último que nos queda", dice la tetuda. Mientras salgo de la tienda lo oigo, y no me lo creo: "yo tengo este champú, y lo utilizo mucho, me va muy bien".
Claro que te va bien, cuando tu novio te lo echa en la cara.


Mi pelo al viento
Abril 2005

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