viernes, 29 de agosto de 2008

Ahora salgo de fiesta y lo soluciono


Esta tarde he tomado unas birras con Olivier.
El domingo que viene se va a África, tres semanas, y queríamos vernos antes.

Hacía más de un mes que no nos veíamos. Sólo dos llamadas para saber que estamos vivos y punto y aparte. Pero no podemos evitarlo. Somos el negativo y el positivo de un imán, y cuando uno se aleja el otro lo atrae. Sin quererlo, por naturaleza. Porque sí.

Esta mañana, en el trabajo, he olido algo raro. Agradable, de esos olores que traen sensaciones. A los pocos segundos se me ha pasado y he seguido con mis aburridas tareas. A las 2, cuando preparaba la comida, he vuelto a sentirlo. Más fuerte, olor a incienso, a perfume de madera de hombre, a ficus. Se ha ido y he seguido pelando el pepino. Pero he parado. Así huele la casa de Olivier. No me ha entristecido, simplemente sorprendido.
A las 5 sonó mi movil: era él. ¿Cómo puede ser que me haya pasado todo el día olíendolo y al final me llama?

Dos cervezas y una conversación profunda. Mis pajas mentales sobre "¿hay vida después de los 25?" y sus inquietudes típicas antes de una viaje de ese calibre. Me sentía tranquila, pero obviamente no he podido evitar poner alguna que otra de mis caritas-para-ligar.

Hemos vuelto a mi casa andando, parándos para puntualizar alguna idea, para mirarnos. Eso es todo. Nos hemos abrazado en el portal, le he dicho que se convierta en Bob Espoja, gran sabio del siglo XXI. Nos hemos reido, mucho y él más. Escondía algo...

- Va, Olivier, ¿qué?
- Nada, nada... - riéndose
- Venga, suéltalo - me he puesto seria - va, dime.
- ... ¿Sabes que eres la única chica con la que he estado que con solo abrazarla ya me empalmo? - lo tenía a 5 centímetros de mi nariz. Le he sonreido picaronamente.
- Pues yo llevo tres días muy sensitiva. Perdidamente cachonda y hoy, encima, te he olido.
- ... y viniendo hacia aquí, en la moto, me he empalmado. - mi cara ya era un cuadro de sexualidad pura. Qué imagen: Olivier en la moto y con un bulto importante dentro de su pantalón. Nos hemos vuelto a abrazar. Notaba su preciosa y pequeña polla contra mi entrepierna. Cómo ardía allí abajo.

Ha sido él el que me ha cogido de la cara, finalmente, y me ha dado un beso. Nos mirábamos y me veía en sus ojos.
- Me veo en tus ojos - me dice el muy hijo de puta.
- Y yo en los tuyos... cabrón.

Dos suaves besos y hasta dentro de un mes.

Estoy bien.
Estoy bien.
Estoy bien.
Ahora salgo de fiesta y lo soluciono.
Ahora salgo de fiesta y lo soluciono.
Ahora salgo de fiesta y lo soluciono.


Málaga, playa
agosto 2008

1 comentario:

Belén dijo...

Espero que la fiesta te haya durado hasta hoy!

Besicos