martes, 19 de agosto de 2008

Sábanas nuevas


Me encanta masturbarme en los hoteles.
Y sobretodo en este. La cama está hecha con esmero. Las sábanas, impecablemente blancas y algo frías, están bien cogidas por debajo del colchón y me deleito notándolas contra mi cuerpo desnudo y acalorado.
Antes de meterme, paso la mano por el fino cubrecama, por la almohada, por mi cuerpo. Abro un trocito, lo justo para introducirme y sentirme, literalmente, dentro de un sobre. Poco a poco estiro las piernas y las subo para agrandar el espacio dentro de este iglú de tela. Las sábanas susurran sobre mis rodillas. No me quito ni el pijama ni las braguitas, porque no llevo. Me encanta ver mi cuerpo algo dorado cómo contrasta con la pulcritud virginal de las sábanas nuevas.
Y luego, después de abrir más y más las piernas, pierdo las manos donde acaba mi cuerpo.

Delicioso.


Puesta de sol desde mi ventana
17 de agosto de 2008

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Delicioso escrito también. Me ha encantado saber cómo (donde) te gusta masturbarte. A mí es que me gusta en cualquier parte, aunque tengo mis preferencias, claro. Un beso "sentido" y "sexual".

Shan dijo...

Mmmm, bien por ti... muy morboso y muy evocador, me ha gustado leerte y observarte en tu intimidad aunque sea sólo por un momento.

Hace tiempo que quiero hacer esa sesión de fotos... chica de pelo claro y piel bronceada sobre una cama enorme con sábanas blancas de satén; desnuda, pero sin que se le vea nada. Elegante y sensual.

Mientras escribas así merece la pena que pares tus vacaciones cinco minutos, sin duda ;-). Un besazo.

Belén dijo...

Bien bien, ya veo que tenemos gustos similares jajajajajajjaja

Besicos

Anónimo dijo...

Sábanas blancas un sabado por la mañana, casi al amanecer.
Follar medio dormido, enredado en esas sábanas...Lo más.

Kisses!

Pablete dijo...

Vaya, creía que era yo solo a quien le gusta masturbarse en los hoteles....

Me gusta como has descrito ese placer....

Un beso

Pancho Ramirez dijo...

Os pregunto mujer catalana, coño de barragana, porque insistes en invertir el orden de prioridades de vuestra existencia: primero la alegría y la lujuria, muy luego el intentar pasar por inteligente...tontuela, abandona ya esa manía de querer tener un blog que eso te queda grande, simple y vaginal mortal, dedicaos en cambio a rendir pleitesía al Genio de todos los Blogs, el Restaurador de las Leyes y Rectificador del arroyo Leyes, el macho cabrío del planeta Plutón, el que te preña de solo mirarte...guaaapa, la inteligencia hecha perfección, osease modestamente YO, el Gran Monotributo, inventor del dolor de ovarios y de todas las excusas femeninas de las mujeres casadas que no desean fornicar con otro que no sea YO, la humildad hecha suprema deidad.
Besitos mimosona simpaticona

Anónimo dijo...

y las almohadas... y las toallas limpias... y la colcha por el suelo, y la botella de vino vacía, y tu cuerpo desmadejado por la mañana, el rimmel corrido, las bragas en el suelo

... el olor a café, la resaca, las ganas de más.

Anónimo dijo...

La falta de identidad. La total identidad. Ser otra identidad.
En los hoteles somos otros. Rodeados de objetos que no son nuestros, pero que hemos pagado. Por un instante.
Limpio. Sinuoso. Evidente. Sugerente.
Somos. No somos.
El miércoles estuve pasando la noche en Barcelona.
En un hotel.
Con la terraza llena de cuerpos mirando el perfil que las luces dibujan en Barcelona.
Siempre me han intrigado las luces de las casas, los deseos que habitan en los huecos de los edificios.
Veía piernas mirando la tele.
Aunque deseaba ver piernas mirando deseos.
La noche en un hotel arropa tanto como desnuda. La noche en un hotel desnuda tanto que es imposible no pasearse por cada esquina. Desnudo. Embriagado. Acariciando cada uno de los entresijos de la imaginación.
A veces, incluso, como si de una amante nueva se tratara, en mitad de la noche, las sábanas te despiertan y vuelves a verte obligado a disfrutar del insondable placer del deseo.

bicua@hotmail.com

Anónimo dijo...

Por que no:)