miércoles, 2 de marzo de 2011

De tanto meterme el dedo...


Antes de ayer nos hicimos el amor en silencio. Un revolcón de esos largos, pre-cena, con lametones y muchos dedos por en medio. Todo empezó de manera inocente, como siempre. Yo me puse encima de ella, entre sus piernas, y la desvestía con rapidez. Tenía muchas ganas de sus pechos rosados y calientes.

Acabamos las dos rozando nuestras barrigas desnudas y temblorosas. Ella se deslizó hasta el final de la cama, colocando su boca bajo de mi entrepierna. Y qué bien me besa, qué bien me cuida mi niña. Y cómo me vuelvo loca cuando la tengo abajo, y yo arriba. Mi clítoris se llena de sangre, se vuelve más sensible, más suave, más rosado, toda la presión baja hasta ahí. Y ella me recibe con sus labios carnosos entreabiertos, húmeda. Juega con mi clítoris, me coge de las nalgas con fuerza, clavándome sus uñas mordidas, amasando mis muslos. Y yo me retuerzo de placer.

Sin aguantarlo más me mira desde ahí abajo. La veo arquear una ceja y sonreír aún con mi clítoris pegado a su lengua. Y me mete el dedo corazón, suave. Estoy empapada. Me mira, la miro, y me mete dos dedos. Ahí arriba, donde duele, donde escuece, donde pica. Sí, sí, ahí, buscando, diciéndome "ven niña, ven... ven conmigo". Y sigue, y sigue, y... y... y... siento el escalofrío que viene desde los piés y sube por mis piernas y alcanza mi espalda y trepa por mi cuello y explota en mi cabeza.

Ahí es cuando me corrí y ella gritó conmigo. Pero gritó de dolor físico. De tanto meterme el dedo mi chica tiene una artralgia en el dedo corazón, es decir, una inflamación de de los tejidos que rodean la articulación. El diagnóstico no es mío, ni suyo, es del médico de urgencias... qué vergüenza pasamos...


Ilustración de I.Mumm de Polvos Momificados
(La imagen es una petición personal, y muy bien lograda, de mi chica y yo).

No hay comentarios: