jueves, 20 de enero de 2011

Aroma matinal


El olfato es un sentido muy dictatorial en el sexo. Nuestro instinto más animal todavía florece cuando pasamos cerca de alguien que huele. No a rosas, orquídeas, madera de boj o musgo. Sino ese olor intenso que emana de nuestro interior.

Y mi perdición, algo que ya he comentado que me sucedía con Olivier, es el aliento matinal. Hay días en que mi Sofía huele fuerte. Un olor gástrico consecuencia de haber comido hace muchas horas y mal.

Pero la mayoría de mañanas su respiración es cálida, envolvente. Puede que la comparación sea un poco extraña, pero su aliento me recuerda a una escena en la película El imperio contraataca (La guerra de las galaxias II), cuando Han Solo, en medio de la nieve y a unos 20 grados bajo cero, se ve obligado a abrir en dos a su medio caballo medio velociraptor, para introducir a Luke Skywalker y cobijarlo del frío. Esa sensación de calor, de vientre materno. Ese es el auténtico aroma matinal.

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