miércoles, 19 de enero de 2011

Justo después de correrse

su cara lo inunda todo.


Cuando Sofía se corre lo hace con fuerza. Machacándose el clítoris. Y cuando, finalmente, desgarra ese orgasmo casi aterrador, toda su fuerza se desvanece. Y entonces viene su mirada limpia, sus labios calientes y rojos, sus pómulos rosados, su pelo enredado entre mis dedos.
Justo después de correrse, Sofía lo es todo e inunda la cama, la habitación, nuestro piso, el barrio, la ciudad...


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1 comentario:

Belén dijo...

Es es el cometido del orgasmo, ¿no?

Inundarlo todo

Besos